De fondo suena Edith...tu Edith, sí... la tuya... enfrentándose a aquella realidad tangente y hoy tan lejana, perdida en el espacio, en el tiempo detenido, del sonido de las vocales. Entrañas adentro pregunto: ¿Qué habrá sucedido? ¿Qué extraño viento alejó la mirada del antiguo cielo en donde las estrellas cantaban serenatas de miel y de hielo, plagadas de fecundas erratas, de carteles de neón sin nombre y sin embargo, tan concretos? Solo el amor alumbra lo que perdura... y esto... esto no se va muriendo aunque falte una regadera de agua...